El español, ganador del Tour de Francia 2009, quien participa en la competencia de este año, este martes, al término de la tercera etapa, entregó su bicicleta a los ingenieros asignados por la Unión Ciclista Internacional (UCI) para realizar las pruebas necesarias y comprobar que la bicicleta no cuenta con aditamentos prohibidos o extraños.
Así mismo, el ganador de esta jornada del tour francés, el noruego Thor Hushovd pasó la misma prueba, a la que también fueron sometidas las bicicletas del australiano Cadel Evans, el kasajo Alexandre Vinokourov y el británico Bradley Wiggins, teniendo como resultado una limpia competencia de los corredores.
Luego del debate que se suscitó tras el triunfo del suizo Fabian Cancellara en la última versión de la edición clásica ciclista París-Roubaix, en la que el integrante del equipo Saxo Bank logró un tiempo de 6:35:10 horas, la UCI implantó la necesidad de comprobar que las bicicletas eran utilizadas adecuadamente sin ser "arregladas" para dar ventaja al corredor.
Hace poco, la UCI reveló que existía un pequeño motor que se puede ocultar en el cuadro de una bicicleta común, por lo que surgió la duda de que ya podrían haber sido usadas "bicicletas motorizadas" en algunas competencias sin que esto se pudiera confirmar.
Tras dar a conocer la existencia de este motor y la difusión de un video por Internet en el que se habla del aditamento ciclista y se utilizan imágenes del triunfo de Cancellara en el que al parecer el ciclista oprime un botón secreto para encender el motor, las sospechas de la UCI aumentaron a tal grado de llevar a cabo las pruebas a las que fueron sometidas las bicicletas de los participantes en el Tour de Francia.
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