No pierdas los primeros 30 minutos: Es cuando la célula muscular está más receptiva para captar los nutrientes necesarios. En esos treinta minutos no hace falta insulina para que la glucosa pueda acceder al interior celular. En este tiempo la célula aumenta en gran cantidad sus receptores como el GLUT-4 para transportar la mayor cantidad de glucosa posible a su interior. Es el momento de incluir carbohidratos con proteína en forma líquida.
Desprecia los carbohidratos de bajo índice glucémico: Todo lo que sean cereales, fruta con peladura, productos integrales, frutos secos y legumbres. Todos ellos van a retrasar la recuperación porque van a tardar excesivo tiempo en descomponerse y vas a desaprovechar dicha ventana metabólica.
Proteína en estado sólido: No es el mejor momento para comerse unos huevos fritos, por ejemplo. La proteína tiene que descomponerse en el estómago, pasar al hígado y extraer los aminoácidos que deben pasar a la sangre. Esta elaboración ya lleva más de dos horas, por lo que pierdes la captación de aminoácidos que tienen que recomponer tus fibras. Por ello la mejor forma es hacerlo en forma de suplementación.
Fuera las grasas: Hay quien me comentó en una ocasión que al llegar a casa tomaba una tostada de pan con salmón ahumado porque los Omega 3 favorecen la recuperación. Así es, pero no nada más llegar a casa y por los mismos motivos que los anteriores. Las grasas van a retrasar la llegada del resto de nutrientes al músculo. Del mismo modo no es recomendable consumir en esas dos primeras horas, todo lo que sean pescados azules, mantequillas, frutos secos (más de la mitad de su composición son grasas), embutidos o carnes que no sean blancas (conejo, pavo o pollo).
Consumir alcohol: A parte de favorecer la deshidratación, impide el almacenamiento de glucógeno a nivel muscular. Si has consumido en ruta cantidades en importantes de taurina (contienen geles, barritas y preparados) puedes tener arritmias.
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