A diferencia de lo que muchos ciclistas piensan, la cadena es el único elemento de la transmisión que necesita ser lubricado. No hay que engrasar platos ni piñones bajo ningún concepto, ni lubricar la cadena para luego pasarla por todos los platos y piñones. Lo único que se consigue así es, de un día para otro, volver a tener todo el conjunto listo para otra limpieza en profundidad. Para lubricar la cadena de forma óptima, la mejor opción pasa por escoger ceras lubricantes, más efectivas y fáciles de limpiar que los aceites convencionales.
Para aplicar cera lubricante a la cadena después de una limpieza a fondo, hay que proceder como si fuera la primera vez que se realiza. Cada fabricante tiene sus propias indicaciones de uso, aunque en términos generales, hay que realizar una primera aplicación muy generosa por el interior de la cadena, dejando secar el tiempo indicado por el fabricante para, de nuevo, volver a repetir la misma operación por segunda vez. Con un poco de práctica, todo el proceso de limpieza y lubricado de la cadena no toma más de 10 o 15 minutos de tiempo y, efectuado una vez al mes, elimina ruidos y alarga la vida de los componentes de forma eficaz.
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