domingo, 4 de diciembre de 2011

Tour de Francia 2012 Puertos emblemáticos como el Alpe d'Huez o el Mont Ventoux no se escalarán

Un Tour para el ataque de Contador
La estrategia de Alberto Contador para vestirse de amarillo por cuarta vez en los Campos Elíseos pasa por apostarlo todo a la montaña. Desvelado el recorrido de la 99 edición del Tour, los especialistas contra el cronómetro disponen de alguna ventaja. Concretamente, 96 kilómetros que suenan a pesadilla para los hermanos Schleck.
Se trata de un Tour para ciclistas todoterreno. Como Evans, Wiggins o Alberto Contador. El campeón de Pinto, que aún tiene que conocer la resolución final del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) sobre su positivo por clembuterol del año pasado, se ve en Lieja, la decimonovena salida del Tour desde el extranjero. «El recorrido es el que es, favorece a los especialistas», reconoce el español.
A primera vista, la Grand Boucle pierde llegadas en alto (una respecto al año pasado), recupera media montaña e incorpora etapas propicias para los ataques de larga distancia. La última vez que hubo tres cronos en el Tour fue en la edición de 2007. La primera contrarreloj larga caerá en Besançon, y la segunda, con probable carácter de sentencia como casi siempre, en Chartres, penúltima jornada a las puertas de París.
El recorrido transitará de los Alpes a los Pirineos. Puertos emblemáticos como el Alpe d'Huez o el Mont Ventoux no se escalarán, y tampoco habrá crono por equipos. La organización quiere que los escaladores planten batalla desde el primer minuto. Así se explica la cantidad de puertos a mitad de camino en las etapas, pero quizá demasiado lejos de la meta para conseguir diferencias respecto a los velocistas. El kilometraje de la alta montaña también se reduce para avivar la pelea entre los favoritos desde el primer minuto. El Tour no quiere ataques bajo la pancarta del último kilómetro. Pero, como reconoce Contador, corre el riesgo de perder espectacularidad con una primera semana demasiado larga que podría acabar con las fuerzas de todos. «Habrá que atacar desde bastante lejos», se consuela el ciclista.
Tras los escarceos de la primera semana, como la llegada en la séptima etapa a La Planche des Belles Filles, la traca de verdad estallará en los Alpes. Primero con la subida al Grand Colombier, más de 17 kilómetros al siete por ciento de media. Al día siguiente la Madeleine, Croix de Fer, Mollard y final en alto en La Toussuire. Y en los Pirineos lo esperado, con la etapa del Tourmalet y otra con final en el inédito Peyragudes que podría abrir hueco entre los favoritos.
El podio se decidirá en la crono de 52 kilómetros de Chartres. Un Tour que no gusta a los Schleck. «Igual nos tenemos que centrar en el Giro», admite Frank.

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