Unos minutos junto a Fran, el hermano y representante de Alberto Contador, bastan para comprobar el incesante goteo de llamadas que solicitan al biganador del Tour día a día. Los motivos, múltiples. Para bautizar una nueva calle en un pueblo cordobés, para apadrinar la escultura de chocolate de una asociación, para correr un critérium en Herencia (Ciudad Real).
"Pero es que resulta imposible atender todas las peticiones", se lamenta Fran, que pide compresión ante una respuesta negativa: "Es por una cuestión de salud mental, Alberto tiene que desconectar".
Formalizar la licencia Protour
es imprescindibleEncima, su futuro deportivo, el mismo que por contrato le liga al Astaná en 2010, no deja de generar especulaciones. Este viernes concluye el segundo plazo para formalizar la licencia ProTour, la misma que no ha renovado aún el equipo y la que condiciona su permanencia. "Es algo imprescindible", señalaba el corredor este jueves en un comunicado, en el que reconocía un preacuerdo para respetar el año de vinculación que le resta.
La reunión del lunes entre la Unión Ciclista Internacional y los rectores de Astaná, "muy positiva", invita a pensar en la concesión y a ignorar viejos positivos o viejos apuros económicos.
Una solución airosa. Pero no a cualquier precio. "Contador ya tuvo que sufrir vetos por culpa de otros en el pasado y no está dispuesto a volver a pasar por esa situación", dicen desde el entorno del ciclista. "Tenemos todo preparado si la opción de Astaná falla", avisa Fran. Un plan B en la recámara.
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