lunes, 14 de noviembre de 2011

Perico Delgado, Ve a Contador en la salida de Lieja

Pedro Delgado: «No se le puede hacer tanta sangre al ciclismo»


«Este deporte no aprende y nadie hace nada por ayudarlo», explica Pedro Delgado. El mundo ha cambiado. El ciclismo, quizás, no tanto. Su victoria en el Tour de Francia de 1988 abrió la senda para el regreso del ciclismo español junto a los más grandes. El libro de honor sitúa a este segoviano entre Ocaña e Induráin, aunque su victoria quedase marcada por el dichoso Probenecid, permitido por la la UCI pero no por el COI. Tres décadas después Alberto Contador pelea por demostrar su inocencia tras su positivo por clembuterol. Así está el ciclismo.
Nunca llueve a gusto de todos. Tampoco sobre las dos ruedas. Si hay menos cazados aumentan las sospechas de el pelotón, quizás, haya aprendido a jugar con las microdosis. O algo peor. Desciende el número de positivos pero también lo hace el número de controles para equilibrar los libros de cuentas. Al final, todo es un negocio. «Hay que dejar de lanzar mensajes y dedicarse a sancionar cuando haya certeza», espeta Delgado, que no cree que haya que tratar a los ciclistas como a delincuentes. «Habría que perdonar a los deportistas como se hace con los ladrones; si te sancionan y cumples una sanción debería haber borrón y cuenta nueva», apunta.
De sus palabras escapa un mensaje en firme contra el dopaje y, a la vez, en defensa de los corredores. «Los dirigentes tienen que serenarse un poco», esboza. El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que en unas semanas decidirá el pasado, presente y futuro más próximo de Contador, acaba de rechazar la Regla Osaka que impedía a los sancionados por dopaje -como David Millar o Paquillo Fernández- correr en los Juegos Olímpicos. «No se puede hacer tanta sangre», apunta Delgado. Frunce el ceño. Demasiados años hablando de productos, tramposos y enmascarantes en un deporte señalado.

Ve a Contador en la salida de Lieja

La pasión, eso sí, no se pierde. Hablar de ciclismo es otra cosa. «Perico» se siente a gusto descifrando el recorrido del próximo Tour de Francia. «A veces parece un poco desalentador pero hay suficiente carrera para atacar», explica. La filtración de los inicios y llegadas del recorrido dibujaron una carrera insulsa hasta la presentación, que dejó un camino a París un tanto más entretenido. Aún así, los escaladores tendrán que aprovechar cualquier ocasión para atacar ya que «tendrán ventaja, sobre todo, los contrarrelojistas», apunta Pedro, que confiesa que esperaba más duro el paso por los Alpes.
Sus quinielas para el próximo maillot amarillo pasan por Cadel Evans, Bradley Wiggins y Alberto Contador. De nuevo Contador. Pedro Delgado confía al cien por cien en que el ciclista español esté en la salida de Lieja. «Los organismos que tienen en su mano las sanciones tienen que ser equilibrados, sobre todo si hay otras explicaciones posibles», insiste. El mayor peligro de Alberto será también su mejor baza. «Los grandes bloques podrían tener problemas internos», apunta. Como los que sufrió Contador cuando compartía galones con Armstrong. «Perico» también tiene buenas sensaciones para otros dos españoles tras conocer el recorrido. Será bueno para Samuel Sánchez -si la edad se lo permite- y para Alejandro Valverde, que regresa tras cumplir dos años de sanción. El murciano quiere ir a por todas desde el inicio del calendario, por lo que habrá que ver con qué frescura llega a la salida de Lieja.
Lo que pertenece a otro tiempo es la victoria de Pedro Delgado en las carreteras francesas. Ya ni siquiera se atreve a decir cuánto pagaría por volver a vestir de amarillo. «Todo tiene su momento. Ganar supuso una impagable satisfacción pero el valor material se pierde», explica. El sentimental siempre permanece. Por eso, Delgado guarda como un tesoro el maillot que vistió en los Campos Elíseos en el verano del 88. Una reliquia. Un pedazo de historia del ciclismo español.

No hay comentarios: