El futuro de Alberto Contador puede estar en el aire de nuevo después de que la UCI le pidiese nuevas garantías financieras a su equipo. La semana pasada Astana, que la próxima temporada llevará el nombre del holding estatal petrolero Samruk-Kazina, presentó un presupuesto de 14,7 millones de euros, de los que 2,4 fueron transferidos a la empresa que paga los salarios.
El plazo que da la UCI al Samruk-Kazina para presentar los avales bancarios expira hoy y Nikolai Proskurin, presidente de la federación kazaja y diputado, ya ha adelantado que es improbable que el tema pueda resolverse en esta fecha. Si no se observa el plazo, la UCI podría denegar la licencia UCI ProTour y esto podría ocasionar la marcha de Contador a otro equipo.
Proskurin ha denunciado que el equipo kazajo es el único sujeto a unas demandas tan rigurosas por parte de la federación internacional. "Parece que no quieran un equipo asiático en el ProTour. Y menos que sea capaz de vencer a los equipos europeos", ha manifestado Proskurin.
Inicialmente la licencia de Astana caducaba a finales de 2010 pero los atrasos en el pago de los salarios, que ocasionó que sus ciclistas corriesen varias etapas del Giro con el logotipo tapado, ha sido la causa por la que la UCI exigió a finales de la semana pasada nuevas garantías financieras. Al organismo que preside Pat McQuaid no le basta con el presupuesto presentado por la petrolera y pide un aval bancario. "La garantía de Samruk-Kazyna es más importante que la de un banco porque cuenta con la aprobación del gobierno kazajo", dice un Prokurin convencido de que todo es una campaña orquestada por Johan Bruyneel. "Nos aseguró que haría todo lo posible para que nos quedáramos sin licencia",
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